El Gran Premio: Concursos con consecuencias Parte 1
Hace unos días le pedí a Marcos Muñoz que me encantaría que escribiera un artículo para el destornilladorsonico. Como sabéis, Marcos es autor de los libros en castellano sobre Doctor Who La Bendición de la Muerte Fatal y su más reciente Algo Nuevo, Algo Viejo, Algo Prestado, Algo Azul. Afortunadamente me dijo que sí y de su pluma nos trae un artículo sobre los concursos que se han producido a lo largo de la historia de Doctor Who.
La culpa de todo la tiene Blue Peter. Sí, sí: no me miréis así. El inocente programa infantil de las tardes británicas, ese por el que han pasado una buena cantidad de Doctores, Compañeros y actores secundarios de la serie (a veces incluso como presentadores), ese al que le debemos el rescate de la secuencia de regeneración del Primer Doctor, entre otras muchas de los episodios perdidos de la serie.
Ese mismo.
Durante la etapa clásica de Doctor Who, el espacio Blue Peter organizó múltiples concursos relacionados con ella. “Diseña tu monstruo” o “Cómo debería vestir el nuevo Doctor” son algunos de los más conocidos. El premio podía ser un lote de material de la serie, o incluso llevarte un Dalek escala 1:3 para tu clase.
Pero cuando la serie volvió a nuestras pantallas, tras la batalla titánica de Russell T Davies, Janet Trantor y su “banda de maleantes” para llevar adelante la primera temporada, las cabezas pensantes del área de marketing de la BBC se dijeron: “hay que aprovechar el contacto directo que tenemos con nuestros espectadores, hay que hacer lo que ninguna otra serie puede permitirse hacer: darles una pequeña muestra de control”.
Interactividad. Hasta 2009, eso había significado sólo que los (sufridos) espectadores del especial del 30 aniversario “Dimensions in Time” (1993) podían votar, entre la emisión de su primera y su segunda mitad, qué personaje del culebrón Eastenders (sí, “Dimensions in Time” era un crossover. No analicéis…) ayudaría al Doctor, Big Ron o Mandy Salter. Llamadas que servían para donar dinero a la maratón infantil benéfica en la que se emitía el espacio: poca broma, según el presentador el espacio ayudó a recaudar 101.000 libras.
En cualquier caso, cuando hablamos de “interactividad con el espectador”, eso es lo que uno puede esperar. Eso, o la mezcla entre capítulo y videojuego que crearon después Gareth Roberts y Russell T. Davies con los miniepisodios “Attack of the Graske” (2005) y “Music of the Spheres” (2008). Pero lo que empezó a hacer Blue Peter con Doctor Who a partir de 2006, es algo muy diferente…
Con 9 años, William Grantham, de Essex, ganó en concurso de Blue Peter “Diseña un Monstruo”. Hasta aquí, todo normal. Nada que destacar. Excepto que su monstruo, el Abzorbaloff, se convirtió en EL monstruo del episodio “Love and Monsters” (2006). Tal cual lo había imaginado William, excepto por medir 4 metros menos de altura. Incluso apareció consignado como creador de la criatura en los créditos del episodio. No sólo se convirtió en el miembro del equipo creativo más joven de la historia del programa, sino que inauguró una tradición. Doctor Who ya no sólo era una serie: ahora también podía ser un premio…
Año 2007: un joven John Bell, de aproximadamente la misma edad que William Grantham, interpreta el papel del pequeño Creet en el episodio «Utopia» (2007). Todo correcto: un personaje infantil interpretado por un niño. Pero resulta que no ganó el papel en un casting cualquiera, sino que era el premio de un nuevo concurso de Blue Peter. Con esas credenciales, no es extraño que el pobre se atascara varias docenas de veces con su frase “busco a Bilto Toc Shaffe Cane”… tantas que a los pacientes protagonistas, David Tennant, Freema Agyeman y John Barrowman acabó por metérseles en la cabeza y no paraban de decirla durante el rodaje y los comentarios posteriores…
Hasta aquí la primera parte que continuará mañana,